jueves, 27 de marzo de 2014

El mundo de la poesía

Personalmente, no me gusta tanto la poesía como la narrativa, pero para aquellos fanáticos, voy a poner una de G. A. Bécquer para así pasar por todos los géneros literarios voy a poner un poema filosófico, aunque eso sí, no pienso poner ni un solo poema más, sólo cuentos, novelas y artículos.



Rima III de Gustavo Adolfo Bécquer



Sacudimiento extraño
Que agita las ideas
Como huracán que empuja
Las olas en tropel;

Murmullo que en el alma
Se eleva y va creciendo
Como volcán que sordo
Anuncia que va a arder;

Deformes siluetas
De seres imposibles
Paisajes que aparecen
Como al través de un tul;

Colores que fundiéndose
Remedan en el aire
Los átomos del iris
Que nadan en la luz;
 
Ideas sin palabras
Palabras sin sentido,
Cadencias que no tienen
Ni ritmo ni compás;

Memorias y deseos
De cosas que no existen,
Accesos de alegría,
Impulsos de llorar;

Actividad nerviosa
Que no halla en qué emplearse,
Sin riendas que le guíe
Caballo volador;

Locura que el espíritu
Exalta y desfallece,
Embriaguez divina
Del genio creador.

Tal es nuestra inspiración.

Gigante voz que en el caos
Ordena en el cerebro
Y entre las sombras hace
La luz aparecer;

Brillante rienda de oro
Que poderosa enfrena
De la exaltada mente
El volador corcel;

Hilo de luz que en haces
Los pensamientos ata,
Sol que las nubes rompe
Y toca en el cenit;

Inteligente mano
Que en un collar de perlas
Consigue las indóciles
Palabras reunir;

Armonioso ritmo
Que con cadencia y número
Las fugitivas notas
Encierra en el compás;

Cincel que el bloque muerde
La estatua modelando,
Y la belleza plástica
añade a la ideal;

atmósfera en que giran
con orden las ideas,
cuál átomos que agrupa
recóndita atracción;

raudal en cuyas ondas
su sed la fiebre apaga,
oasis que al espíritu
devuelve su vigor.

Tal es nuestra razón.

Con ambas siempre en lucha
Y de ambas vencedor,
Tan sólo al genio es dado
A un yugo atar las dos.



martes, 25 de marzo de 2014

1º artículo de opinión

A lo largo de la historia, se han planteado muchas hipótesis y teorías sobre la palabra “paz”. Mira qué fácil, una palabra con tan sólo tres letras y a la vez el mayor reto para la humanidad.



Para empezar, hay que plantearse esta pregunta tan simple y a la vez tan compleja: “¿Qué es la paz?”
Con todos los diccionarios del mundo, cualquiera lo podría explicar perfectamente: “Estado de tranquilidad o quietud, como una ausencia de disturbios, agitación o conflictos.” Punto.
Pues qué definición tan fácil, ¿no?

Pero, ¿qué es la paz para una persona? “Es una pregunta muy difícil”, responderían muchos.
¿Y eso por qué? Porque la paz es aparentemente “utópica” en todos los sentidos.
De hecho, vivimos en un mundo lleno de conflictos bélicos y violencia que hemos olvidado el verdadero significado que tiene la paz: “Luchar sin utilizar la violencia”.


En las noticias, de lo que más se habla últimamente son de las guerras de Siria, Afganistán y Palestina, donde cada hora de cada día se producen terribles masacres, muertes, explotaciones…
¿Y quiénes siempre son las víctimas? Los civiles, en especial los niños que mueren a manos de un soldado o un rebelde. Yo no entiendo por qué se matan a los seres más inocentes y frágiles, quitándoles sus derechos sólo por intereses político-económicos de las naciones.

Es una pena, ¿verdad? Pues ahora, la mayoría de la población no reacciona al ver las noticias, sino que fingen no ver nada y siguen a lo suyo, mientras que por otro lado, hay misioneros y voluntarios que lo dejan todo atrás y van hacia allí arriesgando sus vidas para poder salvar a todas estas personas. ¿Por qué estas personas pasan desapercibidas si son verdaderos héroes? Porque ellos sí que luchan por un mundo mejor y hay quienes no quieren eso, por eso se suele evitar en los medios de comunicación.


Otra pregunta que uno se podría plantear es: “¿De dónde nos influye tanto la violencia?”
Esta es muy fácil: de la televisión y los anuncios. ¿Y eso por qué diantres tiene que venir de allí?
Bien, porque en todas las películas, series y programas que hemos visto a lo largo de nuestra vida hay violencia. No es de extrañar, pero en mi opinión, la violencia debe quedarse allí y no coexistir en el mundo virtual y en  el real. Vamos, que estamos muy influenciados por esto y no nos damos ni cuenta porque lo vemos cada día como si nada, sólo para entretenernos.
Hay que aprender a tener un punto medio entre el mundo virtual y el mundo real: se puede aprender de la televisión pero sin creer que estás en ella, es decir, prevenir antes que curar.


Otro factor es lo material, empezando por el “Dios Dinero”. En el Primer Mundo, la gente no para de quejarse porque aunque lo tenga todo, quiere seguir teniendo mucho más.
También, cuando se encuentra dinero por la calle, sin pensarlo, se coge y se mete en el bolsillo.
Vale, lo reconozco, está mal, pero nuestro instinto nos lleva a hacerlo y no es ningún delito coger un billete de 50€ que está en las escaleras de tu casa que luego lo puedes ahorrar o gastártelo para comprarte algo. Es algo completamente normal y lo suele hacer todo Dios.

Dentro del factor “Dios Dinero”, se debe mencionar el tráfico de armas y drogas. ¿Para qué se emplean estos comercios? Para que se puedan provocar conflictos bélicos sin motivo alguno, sólo para enriquecer a las potencias mundiales, especialmente a cierta gente,  mientras los demás se están muriendo. ¿Y por qué todas las guerras han de darse en estos países? Debido a la abundancia de petróleo que existe en estos territorios, ya que este preciado combustible está escaseando cada vez más a menudo.



¿Y en el Tercer Mundo? Como no tienen lo que tenemos, hay quienes dicen que son felices porque pueden llegar a peor y aprecian lo que tienen. ¿Pero quién se creen que son? ¿Acaso han estado allí? ¿Cómo pueden ser los niños de allí felices si están hurgando en la basura para poder comer, viviendo en las condiciones más precarias, muriendo en la guerra o siendo explotados por alguna multinacional?
Se pasa hambre, se les explota de todas las formas posibles y bárbaras, viven de las donaciones,…y encima van algunos fanáticos y dicen que son felices con lo que tienen. ¡Esto no se lo cree ni Dios!


La tercera pregunta que está planteada sería: “¿Podemos hacer algo para mejorar el mundo?”
Sí y no a la vez. Hay muchísimas cosas que podemos hacer nosotros para fomentar la paz en nuestro mundo, aunque no podemos realizarlas todas porque somos nada más que meros peones en el tablero de ajedrez y por eso debemos formar grupos, como organizaciones.

Todas estas organizaciones denuncian y a la vez intentan construir un mundo mejor. Hay algunas que acogen familias desamparadas; otras que escolarizan a los niños; otras que cuidan a los animales abandonados;…y muchísimas más que ni conocemos están presentes en nuestro planeta.



Aunque no sean nombradas en los medios de comunicación, es curioso que haya gente que se preocupa por los problemas que sufre nuestro mundo e intenten mejorarlo a cambio de nada.

Nosotros podemos ayudar a estas organizaciones de muchas maneras posibles: donando ropa, juguetes y alimentos; haciendo voluntariado durante un tiempo; exponiendo a la organización y sus causas…

Pero también podemos hacerlo por nuestra cuenta. Lo más habitual es adoptar un animal de la calle, cuidar el medio ambiente, respetando a las personas tal como son, convivir en grupo,...e infinidad de cosas posibles que a uno se le podrían ocurrir.


Y la última pregunta de todas: “¿Acaso la paz existe de verdad o es un ideal?”
Tal vez sí, tal vez no. Quién sabrá si la paz es un mito o es una realidad.


Hay muchos que luchan a diario para poder cambiar el planeta y hay otros tantos que piensan que es un ideal y no vale la pena defender los sueños y las esperanzas de la gente porque se agotan en cuanto abres los ojos a la realidad.

Quien sabe si nuestro mundo puede llegar algún día a ser una “sociedad utópica”, pero yo de verdad lo desearía con todas mis fuerzas. Sólo os pido un favor a todos, queridos lectores, que imaginéis un planeta pacífico, por mucho que sea imperfecto, pero que a la vez pueda albergar a miles y millones de seres vivos distintos e iguales entre sí, porque al final, este planeta es el hogar de todos y por ellos debemos de cuidarlo para que las próximas generaciones puedan disfrutar de él.

O tal vez, si seguimos así, llegaremos a convertirlo en un infierno mucho peor que ahora donde al final, todos acabaremos muriendo, exterminando todo ser vivo que haya en este planeta.

Pero si no queremos esto, queridos lectores, podemos luchar para que la paz sea una realidad posible en todos los rincones del mundo. Ojala se entienda el verdadero significado de una palabra tan simple, pero a la vez tan compleja; de una palabra que encierra mucho en sí; una sola palabra que ha sido el mayor reto planteado para la humanidad; una palabra de tres letras: PAZ.


El Don de la Música


Violet Blair tenía una vida completamente normal, hasta que un día, una misteriosa mujer se presentó en su casa. No sólo era una desconocida, sino que también vestía como hace cien años.
Al verla, esa mujer aguzó los sentidos y dijo:
-         Ese olor…tienes un talento, niña. Y está ligado con la magia.
-         ¿Qué es lo que busca?- preguntó asustada.
-         Soy Janet Scarlet, directora de la academia Phantomville.- dijo- Y lo que busco es internar a nuevos estudiantes que tengan este don, la magia.
Violet se quedó perpleja. ¿Ella acaso era una bruja? A sus doce años de vida, sólo había escuchado cuentos que le contaban sus padres cuando era pequeña.
Entonces, Janet le tendió un vaso de agua, e inconscientemente, Violet lo hizo sonar, produciendo una suave melodía, por lo que la bruja dijo sorprendida:
-         No puede ser. Este don lo tenía alguien a quien conocí hace tiempo.
-         ¿Qué quieres decir?
-         ¿No lo entiendes, Violet? Tienes el don de convertir cualquier sonido en una melodía.
-         Entonces, ¿soy una bruja?
-         Sí, una bruja “melódica”, se podría decir.- dijo mirándola a sus ojos claros.
Pocos días después, Violet ingresó en la academia y se cambió su apellido por Melody.
Así es como empezó su primer año en Phantomville y cómo su vida cambió por completo.


Los días de la academia le parecían una auténtica tortura: la escuela era completamente silenciosa; las clases, puro agotamiento físico y mental; las normas, totalmente estrictas: sólo se permitía hablar fuera de las horas lectivas, no se dejaba llevar mascotas, todo el mundo debía dormirse a las 22:30 y se despertarse a las 6:30, se prohibía hacer magia sin permiso de algún adulto, no se dejaba salir del recinto por las noches…entre otras muchas. Pero siempre había algunos graciosos que provocaban incidentes en clase para divertir a los demás.

Un día, Violet fue caminando tranquilamente hacia el teatro, cuando, sin darse cuenta, se adentró en un pasillo oscuro y silencioso, sintiendo un escalofrío cada vez que veía las esculturas y estatuas que se asemejaban a las gárgolas y otras criaturas mágicas.
Movida por la curiosidad, se adentró y descubrió que allí también había instrumentos musicales, muy empolvados y tristemente, sin vida desde hacía la tira de años:
-         “¿Cómo pueden estar así todos estos instrumentos?”- pensó.- “¿Acaso los magos no saben disfrutar de su sonido? No me extraña que sean unos aburridos.”
Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que tropezó con una persona:
-         Perdona, es que sólo estaba pensando…
Al levantar la vista, vio que se trataba de un niño de su misma edad. Violet lo observó atentamente: tenía el pelo castaño y unas gafas que le tapaban sus ojos; su piel parecía del color melocotón y él era más alto que ella; también llevaba el uniforme de la academia.
Al verla tan sonrojada, él fue el primero en articular palabra:
-         ¿Estás bien?
-         ¡Claro que sí! Estoy perfectamente.- lo miró a sus ojos verdes.- Me llamo Violet Melody y estoy en el primer grado.
-         Yo soy Robert Harmony y también estoy en primero.- dijo.
Robert la miró con detenimiento y observó que era una niña con una piel rosada, de cabellos largos, lisos y rubios  recogidos en dos trenzas y unos ojos azules. Ella llevaba su uniforme y una diadema, lo que le daba un aspecto de ternura.
Nunca la había visto fuera de las clases y, además, no se atrevía a hablar con nadie, por lo que era más conocido como “el lobo solitario”. Él, al mirarla a sus ojos, se sonrojó por completo y dijo:
-         Tengo que irme a la biblioteca. Quiero leer un libro desde hace tiempo.
-         ¿Te acompaño? Ya que no tengo nada que hacer.- miró a los instrumentos.- Si pudiesen tocar una sola canción, esta academia no sería tan gris…
-         Me encantaría que me acompañases.

Cuando se alejaron, todos los instrumentos comenzaron a sonar produciendo una melodía totalmente desordenada y desafinada, provocando una tortura en los oídos de cualquiera que la escuchase. Pero sucedió más: los instrumentos se desplazaban hacia el comedor tocando solos sin parar, lo que provocó que muchos alumnos y profesores tuviesen que abandonar la sala inmediatamente.

Mientras Violet y Robert leían un libro, se presentaron dos niñas de su edad. Parecían completamente conmovidas por lo sucedido:
-         ¿Os habéis enterado que los instrumentos han cobrado vida?
-         Y encima, no pueden parar de tocar.
Esas eran las gemelas Caitlin Rose y Erin Blackcat, también de primero.
Robert levantó también la vista y vio que aparecían otros dos niños de su clase: eran Vincent Byte y William Spirits:
-         ¿Vais a hacer algo? Nos va a dejar sordos.- preguntó Vincent molesto.
-         Es un hechizo muy complicado, muy inusual.- comentó William.- No sé quién podrá pararlo.
-         Intentaré hacer lo que pueda.- dijo Robert y se fue corriendo hacia el comedor, mientras los demás lo siguieron a su ritmo.

Al llegar a la sala, vieron a toda una “orquesta” tocando una melodía completamente desorganizada. Violet dijo enfadada:
-         ¡No lo entiendo! Les pedí que tocaran, pero no de este modo.
-         Si lo dices así no te harán caso.- dijo Robert.- Tienes que ponerles parte de tu alma para que aprendan a sentir lo mismo que tú.
-         Tienes razón, pero necesito tu ayuda.

Robert la cogió de la mano y empezaron a afinar los instrumentos: comenzaron a esconderle un poco de melancolía entre las teclas del piano, le dieron un pizzicato  al chelo, le limpiaron una lágrima al violín, luego le sacaron una sonrisa al clarinete, le calentaron el corazón a la flauta y finalmente, les recordaron con esos gestos que hace años tuvieron vida propia.
Estas caricias les gustaron tanto a los instrumentos y comenzaron a tocar una melodía alegre y triste a la vez, que invitaba a todos a escucharla y a disfrutarla.

Todo el alumnado y el profesorado se quedaron perplejos del milagro producido por esos dos alumnos principiantes, así que no tardaron en aplaudir a los instrumentos como a sus salvadores cuando éstos terminasen de tocar.
Entonces, Janet se presentó hacia ellos y dijo muy emocionada:
-         Vuestros poderes no están todavía controlados, por eso estáis aquí. Hoy habéis aprendido que donde no hay tan sólo un poco de amor,  no hay absolutamente nada.- hizo una pausa.- Esto no lo había visto desde que fui una alumna de sexto. Sin duda, Violet, eres igualita a mi antiguo compañero, John Melody, más conocido como “el mago Bach”.
-         ¿Mi padre también estudió aquí?- preguntó Violet sorprendida.
-         De tal palo, tal astilla, ¿tú qué crees?- dijo guiñándole un ojo.- Por cierto, dale recuerdos de mi parte cuando te lo encuentres.
 
Desde ese día, la academia se convirtió en el hogar más cálido y divertido del mundo, donde la música era el invitado de honor en todo momento, como lo fue en otra etapa no tan lejana.

Por eso, los maestros hechiceros decidieron bautizar a esta nueva era como “El Renacimiento de Phantomville”, pero los aprendices la llamaron “LANE”, La Agradable y Nueva Escuela.

                                 CONTINUARÁ....