martes, 25 de marzo de 2014

1º artículo de opinión

A lo largo de la historia, se han planteado muchas hipótesis y teorías sobre la palabra “paz”. Mira qué fácil, una palabra con tan sólo tres letras y a la vez el mayor reto para la humanidad.



Para empezar, hay que plantearse esta pregunta tan simple y a la vez tan compleja: “¿Qué es la paz?”
Con todos los diccionarios del mundo, cualquiera lo podría explicar perfectamente: “Estado de tranquilidad o quietud, como una ausencia de disturbios, agitación o conflictos.” Punto.
Pues qué definición tan fácil, ¿no?

Pero, ¿qué es la paz para una persona? “Es una pregunta muy difícil”, responderían muchos.
¿Y eso por qué? Porque la paz es aparentemente “utópica” en todos los sentidos.
De hecho, vivimos en un mundo lleno de conflictos bélicos y violencia que hemos olvidado el verdadero significado que tiene la paz: “Luchar sin utilizar la violencia”.


En las noticias, de lo que más se habla últimamente son de las guerras de Siria, Afganistán y Palestina, donde cada hora de cada día se producen terribles masacres, muertes, explotaciones…
¿Y quiénes siempre son las víctimas? Los civiles, en especial los niños que mueren a manos de un soldado o un rebelde. Yo no entiendo por qué se matan a los seres más inocentes y frágiles, quitándoles sus derechos sólo por intereses político-económicos de las naciones.

Es una pena, ¿verdad? Pues ahora, la mayoría de la población no reacciona al ver las noticias, sino que fingen no ver nada y siguen a lo suyo, mientras que por otro lado, hay misioneros y voluntarios que lo dejan todo atrás y van hacia allí arriesgando sus vidas para poder salvar a todas estas personas. ¿Por qué estas personas pasan desapercibidas si son verdaderos héroes? Porque ellos sí que luchan por un mundo mejor y hay quienes no quieren eso, por eso se suele evitar en los medios de comunicación.


Otra pregunta que uno se podría plantear es: “¿De dónde nos influye tanto la violencia?”
Esta es muy fácil: de la televisión y los anuncios. ¿Y eso por qué diantres tiene que venir de allí?
Bien, porque en todas las películas, series y programas que hemos visto a lo largo de nuestra vida hay violencia. No es de extrañar, pero en mi opinión, la violencia debe quedarse allí y no coexistir en el mundo virtual y en  el real. Vamos, que estamos muy influenciados por esto y no nos damos ni cuenta porque lo vemos cada día como si nada, sólo para entretenernos.
Hay que aprender a tener un punto medio entre el mundo virtual y el mundo real: se puede aprender de la televisión pero sin creer que estás en ella, es decir, prevenir antes que curar.


Otro factor es lo material, empezando por el “Dios Dinero”. En el Primer Mundo, la gente no para de quejarse porque aunque lo tenga todo, quiere seguir teniendo mucho más.
También, cuando se encuentra dinero por la calle, sin pensarlo, se coge y se mete en el bolsillo.
Vale, lo reconozco, está mal, pero nuestro instinto nos lleva a hacerlo y no es ningún delito coger un billete de 50€ que está en las escaleras de tu casa que luego lo puedes ahorrar o gastártelo para comprarte algo. Es algo completamente normal y lo suele hacer todo Dios.

Dentro del factor “Dios Dinero”, se debe mencionar el tráfico de armas y drogas. ¿Para qué se emplean estos comercios? Para que se puedan provocar conflictos bélicos sin motivo alguno, sólo para enriquecer a las potencias mundiales, especialmente a cierta gente,  mientras los demás se están muriendo. ¿Y por qué todas las guerras han de darse en estos países? Debido a la abundancia de petróleo que existe en estos territorios, ya que este preciado combustible está escaseando cada vez más a menudo.



¿Y en el Tercer Mundo? Como no tienen lo que tenemos, hay quienes dicen que son felices porque pueden llegar a peor y aprecian lo que tienen. ¿Pero quién se creen que son? ¿Acaso han estado allí? ¿Cómo pueden ser los niños de allí felices si están hurgando en la basura para poder comer, viviendo en las condiciones más precarias, muriendo en la guerra o siendo explotados por alguna multinacional?
Se pasa hambre, se les explota de todas las formas posibles y bárbaras, viven de las donaciones,…y encima van algunos fanáticos y dicen que son felices con lo que tienen. ¡Esto no se lo cree ni Dios!


La tercera pregunta que está planteada sería: “¿Podemos hacer algo para mejorar el mundo?”
Sí y no a la vez. Hay muchísimas cosas que podemos hacer nosotros para fomentar la paz en nuestro mundo, aunque no podemos realizarlas todas porque somos nada más que meros peones en el tablero de ajedrez y por eso debemos formar grupos, como organizaciones.

Todas estas organizaciones denuncian y a la vez intentan construir un mundo mejor. Hay algunas que acogen familias desamparadas; otras que escolarizan a los niños; otras que cuidan a los animales abandonados;…y muchísimas más que ni conocemos están presentes en nuestro planeta.



Aunque no sean nombradas en los medios de comunicación, es curioso que haya gente que se preocupa por los problemas que sufre nuestro mundo e intenten mejorarlo a cambio de nada.

Nosotros podemos ayudar a estas organizaciones de muchas maneras posibles: donando ropa, juguetes y alimentos; haciendo voluntariado durante un tiempo; exponiendo a la organización y sus causas…

Pero también podemos hacerlo por nuestra cuenta. Lo más habitual es adoptar un animal de la calle, cuidar el medio ambiente, respetando a las personas tal como son, convivir en grupo,...e infinidad de cosas posibles que a uno se le podrían ocurrir.


Y la última pregunta de todas: “¿Acaso la paz existe de verdad o es un ideal?”
Tal vez sí, tal vez no. Quién sabrá si la paz es un mito o es una realidad.


Hay muchos que luchan a diario para poder cambiar el planeta y hay otros tantos que piensan que es un ideal y no vale la pena defender los sueños y las esperanzas de la gente porque se agotan en cuanto abres los ojos a la realidad.

Quien sabe si nuestro mundo puede llegar algún día a ser una “sociedad utópica”, pero yo de verdad lo desearía con todas mis fuerzas. Sólo os pido un favor a todos, queridos lectores, que imaginéis un planeta pacífico, por mucho que sea imperfecto, pero que a la vez pueda albergar a miles y millones de seres vivos distintos e iguales entre sí, porque al final, este planeta es el hogar de todos y por ellos debemos de cuidarlo para que las próximas generaciones puedan disfrutar de él.

O tal vez, si seguimos así, llegaremos a convertirlo en un infierno mucho peor que ahora donde al final, todos acabaremos muriendo, exterminando todo ser vivo que haya en este planeta.

Pero si no queremos esto, queridos lectores, podemos luchar para que la paz sea una realidad posible en todos los rincones del mundo. Ojala se entienda el verdadero significado de una palabra tan simple, pero a la vez tan compleja; de una palabra que encierra mucho en sí; una sola palabra que ha sido el mayor reto planteado para la humanidad; una palabra de tres letras: PAZ.


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